Hoy es uno de esos días que he intentado hacer memoria de algunas cosas en mi vida. Sé que ha habido muchos momentos salpicados en estos años que me he ido acordando de lo que voy a relatar aquí. Hoy me apetecía escribirlo. Me apetecía grabar con estas letras algo que se sabe, está ahí, se piensa, se intenta remediar, pero no se pone el suficiente esfuerzo en cambiar. Por supuesto, como reflexión que es, hablo en primera persona. Bueno, pues este escrito va dedicado a todas y cada una de las personas que han aparecido en mi vida por uno u otro motivo y que, por circunstancias, voy sabiendo poco de ellas, aunque con ello, no menoscabe mi mas profundo afecto y aprecio a todas ellas. La lista es bastante larga, pero, si empezamos a tener en cuenta la gente del cole, vecinos, el instituto, el primer trabajo, la familia, el segundo trabajo, la universidad, el tercer trabajo, las prácticas, las fiestas, los viajes, los campamentos, los viajes organizados, las concentraciones moteras, los amigos de los amigos, las relaciones, parejas, cuarto, quinto, sexto trabajo.…. En fin, creo que en cada una de esas palabras entra en juego mucha gente. Por supuesto, todo esto tiene un crecimiento exponencial, y cada vez el ritmo es más rápido, casi, que cuesta conservar las relaciones existentes e ir conociendo más profundamente las nuevas. Estamos hablando de personas, sentimientos, actitudes y valores. Yo creo que es más digno de atención de lo que parece. Lo que vengo a decir, es que entre los compromisos, obligaciones, quehaceres, y diversidades que engloban el día a día de cada uno, queda poco tiempo para atender a las personas que merecen tu atención y no se le presta. Es como una piedra que cae en medio de un lago en calma y forma una serie de círculos concéntricos. En el centro está cada uno de nosotros y en cada círculo cada una de las personas que componen tu vida. Mantienes contacto casi diario con las que están el círculo más próximo a tí, pero hay personas que van quedando paulatinamente cada vez más alejadas de ti, y de tu círculo. Este escrito es para ellas. Para todas ellas, como he dicho antes. Esto no justifica nada, ni resuelve nada, ni suple nada. Solo lo expreso aquí con ánimo de fortalecer mi ser en el ámbito de un valor tan relevante como puede ser la sociabilidad. Sin embargo, sigo sorprendiéndome porque verdaderamente hay gente que no consigo ver todo lo que quisiera y aún así, cuando coincidimos, me hace el cómplice más orgulloso de su franqueza cuando me recibe con los brazos abiertos. Es un placer, lo bien que se siente uno, cuando alguien me dice: “¡¡Hola Jesús!! ¿Qué tal?. Cuanto tiempo sin verte. Me alegro que estés bien….” Lo importante es poder saber que la otra persona está ahí. Que tienes su mano, su apoyo, su hombro; aunque no la veas, aunque no la conozcas lo suficiente, aunque no sepa de tu vida particular casi a diario. Joder. Es la fuerza que nos ha mantenido generación tras generación entre nosotros mismos. La sociabilidad. El estar bien con los demás.
Intento expresar aquí, que aparte de que hay que saber cuidar las amistades, hay que entender que la complejidad de cada uno es casi inmensa y que para mí están fuera de lugar los motivos, las razones o los argumentos de no haber coincidido antes. Sé que puedo contar contigo y puedes contar conmigo. Aquí tienes mi sonrisa y mi mano. Espero poder tener la tuya. Intentemos ponernos en el lugar de la otra persona, intentemos entender que habrá tenido sus motivos cualesquiera. Intentemos ser comprensivos con los demás y albergar con calor a las personas fuere cueles fuere su situación, tiempo que hace que no las hemos visto, posición, conflictos anteriores o lo que sea. Intentemos apoyarnos, entendernos, querernos, en una vida que cada vez nos conduce más por donde ella quiere que por donde nosotros queremos.
…………………………
“La amistad supone sacrificios, y sólo el que está dispuesto a hacerlos sin molestia comprende la amistad” Noel Clarasó
“Cada virtud necesita un hombre, pero la amistad necesita dos” Montaigne
“La amistad que se puede concluir, nunca fue verdadera” San Jerónimo
“Si la gente te quiere es porque antes tú la quisiste” N. Vincent Peale
“La causa de mi felicidad no es el amigo, pero brota cuando estoy con él” Tony Mello.