¿Acaso no es la vida por sí misma ya compleja? Es imposible parar el curso de la misma, es muy difícil esquivar los golpes que ella te va dando. Es duro encajar y solventar los problemas, los malos ratos, las situaciones desagradables… No por ello a veces nos sorprende con días agradables, cargados de magia, de color. A veces nos sonríe y parece que todo viene a favor, que nuestro barco navega más rápido porque el viento sopla en nuestra dirección y podemos parar los motores. Esos son los días que se viven con tanta fuerza, con tanta gana y con tanta ilusión que van llenando el vacío de los días tristes. Es como llenar la despensa de nuestro barco para los días que hay tormenta, para los días que la vida te da una patada y tienes que volver a levantarte. Dicen que la vida es una de cal y una de arena. Tú vas sentado en tu vagón de la montaña rusa, y ésta te lleva o muy alto o a caer en picado, te hace pasar miedo, alegría, nervios, angustia, incluso te sorprende…pero…hoy…….Hoy estoy feliz. Me gustaría decírselo a todo el mundo y compartir con todo el mundo lo bien que me siento. Me gustaría parar el tiempo y quedarme aquí. Me encanta saborear estos momentos, estas alegrías que te da la vida. Mañana vendrá otro día, y el destino ya está planeando de qué color será. Pero hoy brilla un color en mi día que no se ve nublado con nada. Yo creo que cada persona debe saber como comportarse en cada situación y no al revés, lo cuál aparte de difícil es recompensa de una felicidad diaria. Y ya que hago referencia a la felicidad diaria me voy a permitir el lujo de compartir aquí un párrafo de uno de mis libros preferidos que rondan por mi mesilla. “Aprendiz de sabio” de Bernabé Tierno, y dice así:
“Quien sólo se siente feliz y a gusto consigo mismo cuando las cosas le salen bien, lo normal es que con frecuencia se sienta desgraciado. El aprendiz de sabio se procura paz, sosiego interior y felicidad en cualquier circunstancia….Felicidad es no necesitarla , dice Séneca o lo que es lo mismo, tú ya eres felicidad, pero en lugar de vivir la dicha y el privilegio de tu propia vida, de lo que eres, te dedicas a buscar la razón de tu alegría y de tus ganas de vivir en lo que puedan ofrecerte las personas, las cosas, las circunstancias: que el día amanezca soleado o nublado o que las personas con las que vives o trabajas te hagan grata la jornada..
Ahí está el gravísimo error y la causa de por qué no sólo cualquier persona corriente, sino incluso algunos grandes escritores, se mofen de la palabra felicidad y de cuantos pretenden defender que es posible ser felices. Condicionar la felicidad, el gozo de vivir y la aceptación de la realidad que te ha tocado vivir a lo que te depare la vida equivale a negar a cualquiera la posibilidad de ser feliz. El aprendiz de sabio no tarda en entender que sólo es posible una felicidad no condicionada. Hasta que no asumas que tú ya eres felicidad y que nadie puede proporcionarte algo que sólo depende de ti, no habrás avanzado nada….”
PD: Sólo puede ser feliz siempre el que sepa ser feliz con todo (Confucio)