9 de febrero de 2006

Same way anything lost gets found

- I dont think that i have ever seen u angry.
- I used to getting angry... all the time. And frustrated too.
- You aren't frustrated anymore?
- I'm not lost anymore.
- How do you do that?
- Same way anything lost gets found: I stopped looking.



- No creo que te haya visto nunca enfadado.

- Oh, solía enfadarme... Todo el tiempo. Y también frustrarme.
- ¿Y ya no estás frustrado?
- Ya no estoy perdido.
- ¿Cómo lo consigues?
- Como se encuentra todo lo que se pierde: dejé de buscar.

6 de febrero de 2006

Nothing else matters

Pedazo de la España en que nací...

Sábado 4 de febrero de 2006. A las siete de la mañana suena el despertador de todos los días. Pero hoy el día pinta de otro color, es un despertar alegre porque mi hermano José y yo nos íbamos a dirigir en un viaje rumbo a Madrid. Apenas teníamos organizado las entradas del la visita al Museo para ver la exposición Faraón. Cita que teníamos a las tres de la tarde. Empezaba la cuenta atrás.
Había ido otras muchas veces a Madrid, pero siempre en TALGO, el cual me situaba siempre dentro de la gran urbe madrileña, concretamente en Atocha. Pero no tenía ni idea de cómo llegar a Atocha en coche. Ni siquiera sabía exactamente por dónde tenía que ir para encontrar el museo. Tampoco teníamos reserva en ningún hotel. No teníamos nada preparado, pero confiaba plenamente en la seguridad de que todo iba a salir bien. Y ahora verán como el caprichoso destino a veces me da la razón. Rumbo a Madrid entonces. Menos mal que nos acompañaron en el viaje M-Clan, Roxette, Depeche Mode, en fin, amigos de casi todos los días. Albacete, Cuenca, Madrid. No se si le tendré que dar las gracias a la suerte, en la cual no creo mucho, pero mi depósito necesitaba urgentemente una recarga y no muy lejos ya se divisaba una gasolinera BP, además necesitaba urgentemente comprar un plano de Madrid. Pagué y me dirigí al aseo, y fue justo allí cuando encontré a aquél señor vociferando que aquello era una vergüenza. Que la puerta no se podía cerrar bien por dentro. ¡Que no había papel!, exclamaba. Yo solo podía reírme por dentro y compartir su cabreo con indignación por fuera. ¡Pero qué casualidad! Si eres de Murcia me dijo el señor. Mi cara era un cuadro. Todavía no había pisado Madrid y ya me había hecho notar. Entablamos una conversación muy agradable a raíz de eso y el hombre me explicaba que yo vivía en una provincia privilegiada, que conocía mucha gente allí. En fin. Acto seguido me explicó con pelos y señales como llegar exactamente al museo, me recomendó lugares para disfrutar de buena fiesta, y aún más, me dijo que se llamaba Fermín Ferrer y que fuera al hotel Puertas de Castilla, preguntara por una tal Cristina gerente de dicho hotel y que dijera que yo era primo suyo. El hombre hacía congresos y siempre que coincidían en Madrid, pues se alojaba en el mismo hotel haciendo una reserva bastante generosa. Pues bien, dicho y hecho. Desde aquél momento yo era primo directo del tal Fermín. Y por lo que se ve la recepcionista también lo pensó. Todavía no se cómo aguantamos sin reírnos todo el trago. Pero allí estábamos disfrutando de una habitación doble en una décima planta de un hotel de cuatro estrellas con parking incluido ¡¡¡No llegó ni a 70€!!! ¡Flipando en colores! (No es cuestión de abusar, pero si alguien se ve en la necesidad de utilizar tan maravillosa táctica, oye…por probar. Aunque, no se yo, lo mismo la patento y me quedo con el regalo…;) Aunque a mi no me importe mucho, nos cruzamos allí con la tal “famosa” Sara, de Gran Hermano que salía del hotel.
Tutankhamon, Ramses, el sacerdote Nesperennub, momias, sarcófagos, piezas de embalsamar, jeroglíficos, faraones, etc.Un recorrido por las civilizaciones de hace más de 3000 años. Una maravilla para los ojos. El que quiera saber……¡que vaya!jaja.
Y Madrid se abría ante nosotros. Como he dicho antes, había ido a Madrid otras veces. Pero cada vez con alguien distinto. Esta es la que más me ha gustado, quizás porque haya ido con mi hermano José, no lo se. Era como si todo momento fuera inolvidable, como si ver la Cibeles y compartir ese momento con José fuera aún más especial. Me encanta viajar. Una risa en una calle hace que esa calle sea recordada por eso. Ver a alguien curioso en una estación de metro, hace que recuerdes con otro aroma ese sitio. Pues bien, creo que llenamos muchos sitios de muchos recuerdos, porque la verdad fue un viaje lleno de anécdotas. Plaza mayor, Puerta Alcalá, Banco de España, Plaza de Colón, La Cibeles, El Palace, Palacio de Congresos, El Retiro……ufffff. Podría alargar la historia porque el fin de semana dio para mucho, pero bueno solo quiero plasmar aquí lo que realmente me gustó. Lo que te guardas en ese rincón de la memoria y en ese pedacito del corazón. No hay nada como sentarse en el Retiro de Madrid, tomar una cerveza, cerrar los ojos, y disfrutar de eso. No se, hay que saborear los buenos momentos, eso es lo que te llevas de cada viaje, aparte de unas cuantas fotos. Que ganas de volver y hace un día que vine. Jajaja. No sé, supongo que haber disfrutado mucho del viaje, haber llenado mi interior de vivencias, haber compartido con mi hermano todo aquello que me llamaba la atención, supongo que hace que hoy me sienta un poco más lleno que vacío. Y eso, para mi es lo que me hace moverme en esta vida.

PD: Que buenos que están los miguelitos de La Roda…..ufffff.

3 de febrero de 2006

Temet Nosce

Hace unos días fue mi cumpleaños. Nunca he sido de los que se alegran demasiado, aunque este año fue, por lo menos, divertido. Siempre pienso en lo rápido que pasa el tiempo, en qué poco me gusta cumplir años, en qué corta parece la vida. Mas este año, además, otro pensamiento me asaltó, como fiera paciente: qué poco me conozco a mi mismo. Entonces recordé la famosa frase que titula esta reflexión y que conocí por primera vez al ver la película "The Matrix". Conócete a tí mismo.


Es triste pasar por esta vida sin conocerse a sí mismo. De hecho, estoy convencido de que nadie se conoce a sí mismo por completo. Nadie conoce todos sus límites, todas sus capacidades, sus posibles reacciones, todos sus miedos. El conocimiento de uno mismo es la llave para la felicidad. Estoy convencido. Cierta persona que jamás olvidaré, me enseñó que es imposible amar a los demás sin amarse a sí mismo. Y no estoy hablando de egocentrismo, sino del conocimiento y aceptación del propio ser. Es imposible amar sin conocer.

Comprendo la imposibilidad del conocimiento absoluto, pero no por ello es una aventura inútil. Al contrario, es LA aventura. Y hay que ser muy valiente para emprenderla. La recompensa, sin embargo, creo que merece la pena.