12 de enero de 2006

Un salto mortal

Hoy me he levantado dando un salto mortal……y es por eso que me encuentro de la espalda fatal ;)…”Voy a pasármelo bien” de Hombres G. ¿Que por qué digo ésto? Porque eso resume la intención principal de este relato.¡¡Y que me rebata el que quiera!! ¿Quien no ha tenido momentos en su vida de estar acompañado y sentirse solo, de pegarse fiestas y estar triste, de comer bien y no saborear la comida?... y de mil contradicciones más que reflejan exactamente que los momentos, los días, los ratos, no son ni buenos ni malos, sino que dependen de uno mismo, de su estado de ánimo, de su humor, de su cristal de ver la vida, en definitiva. Pienso y quiero seguir pensando que somos bastante privilegiados al tener todo lo que tenemos, y es por eso que sin la conformidad siempre estaremos vacíos. No es malo la ambición, pero hay que saber mirar varias veces lo que tenemos y si lo que deseamos es realmente más valioso que lo que poseemos. Quizás, el arduo día a día de estos últimos meses me ha ayudado a abrir más los ojos interiores que son con los que se ve lo verdaderamente relevante de la vida. Ahora trabajo en una empresa de construcción de obras hidráulicas y diseño de proyectos. Pues dentro de toda la complejidad que pueda suponer las distintas obras que la empresa abarca, llevo un tiempo parándome a pensar en algo tan humano como la gente que trabaja conmigo día a día. Un ucraniano cuarentón me cuenta una tarde al salir del trabajo, acompañados por una Heineken, que ha perdido la ilusión de la vida. Lleva cuatro años en España, no ha visto a sus hijos desde entonces, sus ojos brillan entre la neblina del tabaco, y me cuenta apesadumbrado que ya no encuentra metas, que para él todos los días saben igual, que ni quiere volver a Ucrania, que qué pinta él en esta vida. De veras es difícil levantar el ánimo a gente así. Tan hundida. A lo largo de la conversación consigo arrancarle alguna que otra sonrisa, y me dice que por lo menos hoy ha podido sonreír. A mi se me parte el corazón en dos, como la quilla de un barco de guerra parte el agua en cada nudo. Si escribo lo que dicta mi corazón, os juro que me acuerdo cada mañana cuando me despierto más de esta gente de cómo planificar el trabajo. Chilenos, Argentinos, Ecuatorianos, Bolivianos….Gente que lucha por salir adelante en un país donde le brindan poder trabajar y ganarse un sueldo. No me voy a meter en temas gubernamentales, ni legales, ni siquiera si eso es bueno o malo o si tienen papeles. Hoy no estoy hablando de eso….Estoy hablando de que a veces hay que pararse un poco antes de quejarse, y ver si realmente nuestras quejas están a la altura de la mitad de la vigésima parte de algunos problemas de muchísima gente. Un grupo de seis trabajadores de Mali están ahora en la obra que dirijo. Ya me acompañan desde hace dos semanas. Si expresara realmente lo que dicen los ojos de cada uno de ellos estaría escribiendo aquí dos semanas ¡¡lo juro!! Viven en casas abandonadas, sin agua, sin luz, sin prácticamente nada. Vienen con el miedo de que los pillen para regresar otra vez a su país. Me gustaría tanto ayudar a estas personas, y solo alcanzo a comprarles agua y comida de vez en cuando…. Y así se debate el día a día entre un mundo materialista y cargado de aburridas, vanales e hipócritas frases de dinero. Empecé escribiendo “Voy a pasármelo bien”, porque eso es precisamente lo que pienso que hay decirse cada uno a sí mismo cada día. Voy a disfrutar cada momento, cada segundo que me brinda la vida, voy a luchar porque cada día los que me rodean puedan sentirse bien olvidándonos del egoísmo humano. No sé, pero a mí, sinceramente, me ayuda mucho el pensar así.

“No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”

11 de enero de 2006

Una pequeña gran historia

…Y como bien dice el patriarca de este rincón no somos eruditos….Pero en esencia somos como el tres en uno. Uno vino antes, otro después, y el otro vino sin avisar (la educación se va perdiendo conforme avanzan las generaciones). Hoy voy a explicar la extraña sensación que supone ser el mediano de una feliz familia. Allá por el final de los setenta, no me acuerdo muy bien, nació lo que orgullosamente se llama “El primogénito”, toma ya!!!. Todo sale bien con ese sobrenombre, el esperado, el primero, la ilusión de una pareja, la primera piedra de una familia….Entonces empezó la lluvia. Una lluvia de regalos para ese gran esperado hijo. Cuna nueva, pijamitas, botitas, calcetinitos, patuquitos, y un sinfín de palabras que terminan en itos…Y decía gran porque aquí el pájaro llegó a pesar la hermosa cifra de casi cuatro mil gramos. Que son gramos eh!!! Se podría terminar la historia con un….”y fueron felices y comieron pelotas en Patiño”…Pero no!! No se vayan, que todavía queda más. Pasaron los días, y en ese lindo proceso bianual el farmaceutico donde mi madre compraba los potitos se frotaba las manos cada vez que la veía entrar por la puerta. Se hizo rico el muy cabrón y según tengo entendido ahora disfruta de costa caribeña regocijandose en su fortuna y saboreando mojitos…Pero eso no viene al caso. Y llegó el día más hermoso que jamás nadie pudo disfrutar. 17 de marzo de 1980 (recuerdo a los lectores que últimamente los regalos escasean en cumpleaños por su ausencia….vamos a llevarnos bien, eh?) Los pájaros cantaban, la primavera relucía de esplendor y en una fría sala de la Arrixaca un lindo bebé de cuatro kilos, que tampoco es mucho, asomaba ya la cabeza para dar un poco de guerra en este tan “calmado” mundo. Debido a mi despierta intuición, ya oía yo a mi padre al fondo de la sala…..¿será niña? Qué bien, la parejita!!! Mientras mi madre más bien opinaba que o salía rápido o me pegaba mi primer tirón de pelo. Andaaaa, pero si es un niño gritaban las enfermeras desaforadamente……..pero qué niño!!! "Pero qué cosa más bonica!!!", decían muchas mientras toqueteaban mi pequeño general. Yo me acuerdo de la cara del médico porque estuvo dudando media hora si lo que tenía que cortarme era el cordón umbilical o el poyón longitudinal!!!! A día de hoy todavía le doy las gracias a esa lucidez que a veces tienen los sabios doctores. Era como el cuento de caperucita! Pero que ……mas grande tiene!! Y yo balbuceaba entre los brazos de mi madre: para foll…..mejor!!! pero como no me hacía caso me di media vuelta y agarré aquel biberón con fuerza…..y así hasta hace dos días!!! Me acuerdo del circo a la hora de ponerme el nombre…

- Papá: Anda…si hoy es San Patricio, le pondremos ese nombre entonces
- Mamá: que no!!que a mi Patricio solo no me gusta. Algo más común.
- Abuelo: Achís!! Cago en tó, que resfriado más tonto que he cogío.
- Abuela: Jesús
- Papá: venga vale mamá, le ponemos Jesús
- Mamá: vengaaaa, le ponemos los dos. Jesús Patricio
- Enfermera: Qué casualidad!! Como el que sale en la telenovela…

Pasaron los años, y mi trauma iba en aumento.. Cuna usada, patuquitos usados, calcetinitos usados…todo llevaba ya el sello de “El primogénito”.Luego llegó el colegio, y mientras que mis amiguitos pasaban el rato disfrutando el olor a nuevo de los libros de texto, en mi mesa solo estaban los libros pintarrajeados, llenos de monigotes, caricaturas del profesor y demás. Sabía de antemano que lección iba a ser más aburrida con solo contar el número de dibujitos…

-“Ahora que Juan es mas grande le compramos la cama, el escritorio, la mesa, y el armario y Jesús que se quede con lo de Juan……..”
- “Claro cariño….me parece muy buena idea.Por supuesto que era buena idea. Una idea cojonuda!!!!

Y pasaron los años y las bicis usadas, los estuches usados, los juguetes usados….me apodaban ”segunda mano”. Yo intentaba ver el lado positivo y cuando hablaba con alguien me hacía el manco… De hecho a veces creo q todavía lo hago. En fin, llegó 1988, con Martes y Trece, Perico Delgado ganando medallas….un año bueno. Yo ya estaba acomodado a la dura vida del segundón, pero por lo menos había ocasiones que el hecho de ser el pequeño también tenía sus ventajas!!!Todos sabemos eso de…….venga……como es el pequeñoooooo. Pues bien, en ese oportuno año llegó el tercero. Pero papá cómo estuviste!!!!! Casi cuatro mil quinientos gramos…..Que disparate!!! Rollizo!!! Mi madre gritaba: Juan!! Te la corto!! Cuando salga de aquí te la corto!!! Mi Primera Comunión tan esperada por mí para reunir la atención de todo el mundo se vio eclipsada por el acontecimiento del nacimiento del bebé. Para más cachondeo, me tocó hacerla junto con mi hermano Juan. “No hay presupuesto hijo”. Toma ya!!!
Y así se debate la vida de este frustado escritor, me siento como el pelotón. Entre el líder y el coche escoba. Será por eso que cuando entro al "Zero" en Murcia la gente me mira como si fuera la mascota del lugar? ya lo pensaré luego…
Pero en fín, aparte de todo esto, y algo más que me guardo en el tintero para futuras “intento escribir y sentirme intelectual” tengo q decir que en este mundo son lo que más quiero desde el primero hasta el tercero. ;)