25 de junio de 2006

Raticos

La vida de una persona se compone de muchos aspectos. De muchos momentos. De historias al fin y al cabo. De raticos… Ahora estoy sentado delante de este ordenador desahogándome golpeando unas teclas que me ayudan a plasmar lo que siento. Me gustaría atar ciertos momentos con una cuerda tan fuerte que no pudiera romper el tic-tac de ningún reloj. Me gustaría pintar ciertos momentos en un lienzo que fuera capaz de superar el paso de los años. Me gustaría hasta que la Tierra se parara en sus movimientos en ciertos raticos…Hay raticos capaces de dar aliento a las personas, pero mejor dicho, son las personas las que dan aliento a esos raticos. Hay personas que acarician el fondo de otras. Hay personas que por sí solas llenan de color los raticos mas grises.
Pasado, presente y futuro. A veces vivimos un presente recordando un pasado que va escribiendo la forma de tu futuro. Ahora vivo mi presente recordando un pasado, recordando como titula este relato, un ratico. Uno de esos, que saboreo, que recuerdo, que me alegra, que me distrae, que me da vida, que me dibuja un futuro. Vivimos en viajes continuos, en idas y venidas de recuerdos. Es el viaje que no para, pero que no sabe avanzar sin mirar atrás. Por desgracia, cada vez que la vida vuelve la vista atrás no sabe si se encontrará con buenos o malos recuerdos. Es la probabilidad la que entra en juego ahí. Por eso, insisto, ahora disfruto echando la vista atrás, dejando este escrito para plasmar y recordar esos raticos tan llenos de vida que hace que cambies los neumáticos en la rueda de tu vida. Espero no tener que hacer muchos kilómetros para volver a disfrutar de otro. ;)

24 de junio de 2006

18 de junio de 2006

Para una estrella

Con todo el cariño de tu amigo, a una niña con una mirada y una sonrisa capaces de llenar ese vacío que todo hombre lleva en su alma. Cuídamelo ;)





Fábula

Y te cuentan cómo él se transformó
en árbol porque así lo deseó
y se quedó plantado allí mirando
la tierra en que nacían flores nuevas.

Fue refugio de conejo y colibrí
y el viento le enseñó a qué saben, sí
la miel y la resina silvestres
y la lluvia lo bañó.

"Y mi felicidad -decía para sus adentros-
eso... eso... sé que ahora la encontré
eso... porque tengo todo el tiempo ya para mí
ya no necesito más de nadie,
toda la belleza de la vida es para mi"

"Y un día pasaron por allí
los ojos de una niña
que le habían robado al Cielo
el brillo de dos estrellas".

Y se estremecieron sus raíces.

Cuánto desconcierto
de improviso dentro de él
eso solamente siente el hombre sin la mujer
y alargó sus ramas hacia ella.

Sintió que la felicidad
no es nunca la mitad del infinito.

Luego, era el tiempo
sol y luna, nube y música
era el tiempo risa y llanto
y entre tanto
era un hombre que
a la vida despertó.

Era como el tiempo que llenaba
sus enormes solelades,
esa parte verdadera
que una fábula encantada
esconde en sí para ser auténtica.

2 de junio de 2006

Bondad

Acabo de llegar, de compartir un rato agradable. Un rato con buena compañía. No sé por qué, este rato me ha dado que pensar. Me ha dado por pensar en la gente buena que tengo a mi alrededor. Yo creo que en esta vida, es inevitable hacer mínimas comparaciones. No me refiero a comparar personas a grandes rasgos, sino de valorar, “algo” frente a otro “algo” equivalente. Como suele ocurrirme en ciertas situaciones aunque esté metido en una conversación, me evado a ese pequeño mundo que solo compartimos mi imaginación y yo. Es en ese mundo donde nacen las ideas, y donde esta noche me ha hecho recapacitar en la trama de esta historia. A veces la sociedad se mueve tan deprisa que no nos detenemos, o no tenemos el suficiente tiempo, para pararnos a pensar en las palabras relevantes. En disfrutar “eso” que tenemos al alcance de nuestra mano, y que no valoramos con la importancia que tiene. Se me ocurren muchos ejemplos ahora mismo que giran en torno a este comentario, pero me quiero centrar en solo uno. La bondad de las personas. Algo tan corrompido por este mundo que hasta da mucho que pensar. Hoy no se lleva el ser bueno. Pero es más, no es que no se lleve, como el que habla de una moda, sino que aparte es difícil “sobrevivir” en este mundo siendo noble. Y hasta estoy bien seguro de que cuando digo hoy, también hago referencia a toda la historia de la humanidad. Estoy convencido de que una persona al nacer no es premeditadamente de una forma de ser. Todo viene condicionado por la educación, las compañías, las influencias, el ambiente, la época, la sociedad, el país….y un sinfín de factores más. Yo tuve la suerte de tener en mi infancia a favor gran parte de todos esos factores. Era, una persona normal, educado en una familia normal, dentro de unos parámetros normales. Pues bien, digo esto, porque inevitablemente, el cobijo familiar tiene un límite. La naturaleza misma nos muestra miles de ejemplos referentes a esto. Todo evoluciona, como decía Darwin. Y hablando, un poco por experiencia, he tropezado con muchísimas personas capaces de destruir los pilares de algo tan fomentado como la bondad que tiene inculcada una persona. No digo con esto, que nos convertimos en malas personas. Sólo digo, que el día a día, el ir conociendo personalidades, el ir desnudando a las personas en valores, el ir luchando con el trabajo, hace que despiertes en un mundo real que es en el que hay que convivir. Los golpes del cincel del escultor son los que moldean la figura para conseguir la perfección. Pretender vivir en un idílico mundo lleno de bondad y de paz, es algo que solo entra en los deseos de las finalistas de los concursos de miss España. Pero no muy lejos de conseguir eso, somos privilegiados en poder elegir nuestras compañías. Mantener la bondad y hacer el bien, es difícil de conseguir. E incluso, por muy sanos que sean nuestros propósitos, se hace daño. Concluyo con el resumen de que a veces comparo gente vacía en los sentimientos del bien, con personas con las que puedo disfrutar un rato como el de esta noche, gente que voy conociendo o gente con la que voy compartiendo mi vida. Si no ponemos algo tan reconfortante como la bondad en nuestros días estaremos empañados por el caos de la malicia. No obstante, en medio de esta guerra despiadada en que vivimos, donde las calumnias, los engaños, falsedades, poder, fraudes, chantajes, manipulaciones, abusos, rencores y otras armas que catapultan a la fama, al dinero y al triunfo en sociedad, cabe pensar que todavía quedan corazones humanos repletos de bondad. A todos ellos gracias.


Querer ser bueno, es ya ser bueno (Beauchéne)